sábado, 6 de noviembre de 2010

Seis y Ocho

Seis días despues
de veinte y siete años despues
del día en que mi madre
cumplió nueve meses
de acoger mi llegada al mundo.

Un amigo
no estaba coordinando nada especial
a nivel nacional.
Tampoco estaba en una reunión regional
en algún otro país.

Y aunque su país no es el mío
el mío ha llegado a ser el suyo
aunque tambien lo fué otro que no es el mío
y otro mas al sur con ricas costas tambien lo será.

Y a pesar de todo
hoy no estaba allá, estaba aqui.
Y aunque tengo muchos días de  no verlo
todavía recuerdo que le encanta el chocolate.

Y a pesar que no estuvo junto a mí hace seis días
se encargo de recordarme desde su país,
que siempre va estar.

Y a pesar que tengo cuarenta y cinco minutos de no verlo
mis lagrimas me recuerdan
que un día pronto diremos adios.

Y a pesar que se tendrá que marchar
hoy seis días despues
el me ha regalado
lo mas preciado que alguien me pudo obsequiar
(solo siete personas del mundo).

No es algo que pueda vender
ni siquiera en el mercado mundial.
No es un lápiz o un cuaderno
aunque me ha enseñado a escribir.
No son clases de etiqueta
aunque me ha enseñado a agradecer.
No es una biblia o una cruz
aunque me ha enseñado a vivir el evangelio.
Tampoco es un abrigo
aunque me ha enseñado la calidez de  un abrazo.

El regalo de mi amigo
seis días despues
es una hora de su vida
es un almuerzo de amistad.